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Macao

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Asia y Oriente Medio

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Todo gracias a una conversación

En Filipinas, Jonathan fue a reunirse con el médico de un paciente Testigo que necesitaba asistencia médica. Como iba muy bien arreglado, la recepcionista le preguntó si era un agente de seguros. Él le dijo que era testigo de Jehová y le explicó por qué estaba allí. Aquello llamó mucho la atención de la recepcionista, Laila, quien le dijo que su padre solía leer La Atalaya, pero que hacía poco había fallecido. Jonathan le mostró Juan 5:28, 29 y le dio el tratado ¿Qué esperanza hay para los seres queridos que han muerto?

Filipinas: Jonathan le predicó a la recepcionista.

En las siguientes visitas al hospital, Jonathan le llevó a Laila más publicaciones y la puso en contacto con una hermana, quien empezó a darle clases de la Biblia. En poco tiempo, el esposo de Laila, así como la hermana de ella y su madre, que también vivían con ellos, empezaron a estudiar la Biblia.

La vecina de Laila, que se llama Rose, le preguntó por qué iba tanta gente a su apartamento. Laila le explicó que estaba estudiando la Biblia con los testigos de Jehová. Al enterarse, Rose también empezó a estudiar la Biblia. Y cuando fue a ver a su hermana Abigail a otra provincia, le contó entusiasmada lo que estaba aprendiendo. A Abigail le entró curiosidad por lo que Rose le dijo. De modo que al final, tanto ella como su madre empezaron a estudiar la Biblia.

Laila se bautizó hace poco en una asamblea regional. Su madre también está ahora bautizada. En cuanto a su vecina, Rose, y su hermana, ambas se bautizaron el año pasado. La madre de Rose va a las reuniones. Y algunos familiares de Laila siguen estudiando la Biblia. Todo esto gracias a una conversación en un hospital.

Usan la tecnología para llegar a los sordos

La predicación en lenguaje de señas en Sri Lanka está aumentando significativamente. En el 2015, los hermanos contaban con menos de 80 direcciones de personas sordas y las tenían escritas en papelitos. Pero desde entonces se ha formado la primera congregación de lenguaje de señas en este país, y los hermanos han creado una base de datos electrónica con alrededor de 420 nombres y direcciones con coordenadas GPS. Los hermanos ya se han puesto en contacto con el 80% de esas personas, ya sea cara a cara o mediante videoconferencia o mensaje de texto. Una pareja de misioneros informó: “Ahora los publicadores sordos cuentan con territorio. Antes, solo visitaban a quienes conocían personalmente”.

Un funcionario del gobierno les da las gracias

Los hermanos en Mongolia participan con entusiasmo en la predicación pública especial en áreas metropolitanas incluso cuando las temperaturas alcanzan los 30°C bajo cero (–20°F). En cierta ocasión, un funcionario del gobierno tomó algunas publicaciones del carrito y luego escribió para dar las gracias. La carta decía: “Soy budista, pero he investigado otros campos porque creo que es importante explorar varios caminos y no quedarnos solo en uno. Tras leer algunas de sus publicaciones, decidí escribirles una carta para expresarles lo que siento. Puedo percibir que han dedicado mucho tiempo y energías a preparar información útil y práctica. Algo que he aprendido en sus publicaciones es que la Biblia es un libro que todo el mundo debe leer. Este libro tiene la verdad. La Biblia es una auténtica guía para la vida. Quiero darles las gracias a todos los que se esfuerzan por traducir las publicaciones al mongol. También me gustaría darles las gracias a todos los que distribuyen sus publicaciones sin importar el calor o el frío extremos”.

Mongolia: En la predicación pública pese al frío

Su oración fue respondida

En Hong Kong, un precursor llamado Brett se acercó a un joven de unos 30 años y le ofreció el tratado ¿Qué hace falta para ser una familia feliz? Al verlo, el joven se echó a llorar y le contó a Brett que se crió en la verdad, pero que a los 16 años se escapó de casa. Estuvo viviendo en la calle y se hizo adicto a las drogas. Unos cinco años después, una organización benéfica lo encontró y lo ayudó.

También le contó que esa mañana le había orado a Dios: “Si la religión que aprendí de niño es la correcta, por favor, dame una señal hoy”. Al encontrarse con Brett, sintió que Jehová había respondido su oración. Fueron a una cafetería y analizaron parte del folleto Jehová desea que vuelva. Como el joven tenía que regresar a Francia esa tarde, intercambiaron sus datos de contacto. Tiempo después, le escribió a Brett: “Mi querido hermano, Jehová ha respondido mis oraciones. El domingo iré al Salón del Reino más cercano”. Tras ponerse en contacto con los Testigos en Francia, empezó a estudiar la Biblia e ir a las reuniones.