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Observando el mundo

Observando el mundo

La Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras completa se ha publicado en 43 idiomas, tres de ellos también en braille. Además, la Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras Griegas Cristianas se distribuye en otras 18 lenguas, una de ellas también en braille. Hasta julio de 2007 se habían impreso un total de 143.458.577 ejemplares.

El texto bíblico más antiguo de que se tiene constancia recoge la bendición sacerdotal que aparece en Números 6:24-26. Está inscrito en dos amuletos en forma de pequeñas láminas de plata enrolladas, que datan de finales del siglo VII o principios del VI antes de nuestra era (BIBLICAL ARCHAEOLOGY REVIEW, ESTADOS UNIDOS).

Al 31 de diciembre de 2006, la cantidad de idiomas y dialectos en que se puede obtener al menos un libro de la Biblia ascendió a 2.426, lo que supone un incremento de 23 con respecto al año anterior (UNITED BIBLE SOCIETIES, GRAN BRETAÑA).

Cerca del 28% de los estadounidenses consideran que la Biblia es “la verdadera palabra de Dios [...] y que hay que tomarla literalmente”; el 49% opina que es “la palabra inspirada de Dios pero que no hay que tomarla toda al pie de la letra”, y el 19% la ve como un “libro de fábulas” (GALLUP NEWS SERVICE, ESTADOS UNIDOS).

¿La Biblia china más antigua?

“La referencia más antigua a una traducción china de la Biblia hebrea se halla en una estela (izquierda) que data del año 781 de nuestra era”, dice el especialista Yiyi Chen, de la Universidad de Pekín. Erigida por cristianos nestorianos, se descubrió en la ciudad de Sian en 1625. “El nombre de la estela se traduce formalmente como ‘Monumento a la Propagación en China de la Luminosa Religión de los Daqin’ ([...] Daqin es el término chino para el Imperio romano)”, explica el señor Chen. “Entre sus caracteres se hallan expresiones como ‘canon real’ y ‘traduciendo la Biblia’.”

Un tesoro en una ciénaga

En 2006, el operario de una excavadora halló en una turbera irlandesa una versión latina del libro de los Salmos, o Salterio, que podría fecharse alrededor del siglo VIII. El manuscrito, uno de los pocos supervivientes de aquella época, se considera un auténtico tesoro; todavía posee sus cerca de cien páginas de vitela lujosamente adornadas y su encuadernación original. “Los restos de una estera protectora y una bolsa de cuero indican que fue escondido a propósito hace mil doscientos años, posiblemente para ponerlo a salvo de un ataque vikingo”, informa The Times de Londres. Aunque las páginas están pegadas y medio podridas, los expertos confían en que podrán separarlas y conservarlas.

Toneladas de historia

Escarbando entre miles de toneladas de tierra y escombros provenientes del monte del templo de Jerusalén, un equipo de arqueólogos ha hallado miles de objetos cuya datación va desde antes de la formación del pueblo de Israel hasta la actualidad. Uno de los hallazgos es la punta de una flecha del tipo que utilizó el ejército de Nabucodonosor cuando destruyó el primer templo. Pero el más asombroso es un sello de arcilla que se remonta al siglo VII o VI antes de nuestra era y que lleva inscrito el nombre hebreo de Gedalyahu Ben Immer Ha-Cohen. Según el arqueólogo Gabriel Barkai, su propietario “pudiera haber sido hermano de Pashur Ben Immer (Pasjur hijo de Imer), llamado en la Biblia [Jeremías 20:1] sacerdote y comisario del templo”.