De padres a hijos
¿Qué lección aprendemos de los envidiosos hermanos de José?
¿SABES qué significa ser envidioso? Piensa en esto: ¿alguna vez te has sentido molesto con alguien porque todos dicen que es muy bueno, atractivo o inteligente? *... Pues eso es lo que ocurre cuando uno tiene envidia, o celos, de otra persona.
Incluso dentro de la familia puede haber envidias si los padres tratan a uno de sus hijos mejor que a los demás. La Biblia habla de una familia que tuvo ese problema. Veamos lo que ocurrió, y así podremos aprender una lección muy útil.
José era el penúltimo de los doce hijos de Jacob, y sus medio hermanos tenían muchos celos de él. ¿Sabes por qué?... Porque era el hijo preferido. Tanto era así que su padre mandó hacerle una bonita prenda de vestir rayada. Por lo visto, Jacob lo quería mucho “porque era el hijo de su vejez” y el primero que había tenido con su amada esposa, Raquel.
Según la Biblia, cuando los hermanos de José se dieron cuenta de que “su padre lo amaba más” a él que a ellos, empezaron a odiarlo. Para colmo, un día José le contó a su familia lo que había soñado: que todos ellos —incluido su padre— se inclinaban ante él. “Sus hermanos se pusieron celosos” al oírlo, y Jacob hasta lo reprendió por haber contado aquel sueño (Génesis 37:1-11).
Una vez, cuando José ya tenía 17 años, sus hermanos andaban lejos en el campo cuidando las cabras y las ovejas de la familia. Entonces, Jacob le pidió
a José que fuera a ver cómo estaban. ¿Sabes qué se les ocurrió hacer cuando lo vieron llegar?... ¡Matarlo! Pero Rubén y Judá no lo permitieron.Y cuando pasaron por allí unos comerciantes que se dirigían a Egipto, Judá dijo: “Vendámoslo”. De modo que así lo hicieron. Luego mataron una cabra y mancharon de sangre la prenda de vestir rayada de José. Al mostrársela a su padre, él gritó: “¡Una feroz bestia salvaje debe de haberlo devorado!” (Génesis 37:12-36).
Con el tiempo, José se ganó el favor del faraón, el rey de Egipto. Esto sucedió porque, con la ayuda de Dios, José logró explicar el significado de dos sueños que había tenido aquel gobernante. En el primero aparecían siete vacas gordas seguidas de siete vacas flacas. En el segundo se veían siete espigas llenas de grano y luego siete espigas secas. José dijo que ambos sueños indicaban que habría siete años de buenas cosechas seguidos de siete años de hambre. Como recompensa, el faraón nombró a José encargado de almacenar comida durante los años buenos.
Pasado el tiempo, llegaron los siete años de malas cosechas, y la familia de José fue quedándose sin alimento. Así que Jacob mandó a los diez hermanos mayores de José a comprar comida al lejano Egipto. Pero cuando se presentaron ante José, no lo reconocieron. Entonces, sin decirles quién era, José los puso a prueba para ver si estaban arrepentidos de lo que le habían hecho. Al ver que sí lo estaban, les dijo quién era y los abrazó. ¡Qué contentos se pusieron todos! (Génesis, capítulos 40 a 45.)
Pues bien, ¿qué nos enseña sobre la envidia esta historia bíblica?... Que la envidia puede llevarnos a hacer cosas malas. ¡Hasta puede hacer que uno quiera lastimar a su propio hermano! Vamos a leer Hechos 5:17, 18 y Hechos 7:54-59. ¿Qué hizo aquella gente a los discípulos de Jesús por envidia?... ¿Te das cuenta de por qué no debemos ser envidiosos?...
José vivió 110 años y tuvo hijos, nietos y hasta bisnietos. Estamos seguros de que les enseñó a quererse y a no tener celos unos de otros (Génesis 50:22, 23, 26).
^ párr. 3 Si está leyendo el artículo con un niño, haga una pausa tras los puntos suspensivos y anímelo a expresarse en sus propias palabras.