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YAĆHACHICUY 43

Jehová ‘yanapamäśhun masïsu cananchicpä’

Jehová ‘yanapamäśhun masïsu cananchicpä’

‘Jehová Dios muyuchipäcuśhunqui sumä cabalmanña, masïsumanña, callpayümanña, sumä tacyaycümanñapis’ (1 PED. 5:10).

TAQUI 38 Jehová te cuidará

AVANCE a

1. ¿Maypïmi unay Diospa siervuncuna callpacta julupäcamula?

 LA Biblia a menudo presenta a los siervos fieles de Dios como personas poderosas. Pero incluso los más fuertes no siempre se sintieron así. Por ejemplo, en algunas ocasiones el rey David fue valiente y se sintió “tan fuerte como una montaña”, pero en otras se sintió débil y aterrorizado (Sal. 30:7). Por otro lado, Sansón tenía una fuerza increíble cuando Jehová le daba su espíritu, pero reconocía que sin el poder de Dios se volvería “tan débil como todos los demás hombres” (Juec. 14:5, 6; 16:17). ¿De dónde sacaban fuerzas estos siervos fieles? De Jehová.

2. ¿Imapïmi nila apóstol Pablo pishi callpayü cä cayalpis poderosom cä nila? (2 Corintios 12:9, 10).

2 El apóstol Pablo reconoció que él también necesitaba el poder que viene de Jehová (lea 2 Corintios 12:9, 10). Al igual que muchos de nosotros, Pablo tuvo problemas de salud (Gál. 4:13, 14). Además, luchaba por hacer lo correcto (Rom. 7:18, 19). Y a veces se sentía angustiado y temía por su vida (2 Cor. 1:8, 9). Aun así dijo: “Cuando soy débil, entonces soy poderoso”. ¿Cómo era eso posible? Porque Jehová le daba las fuerzas que le faltaban, y así lo convertía en alguien poderoso.

3. ¿Ima tapuycunactam cutichiśhun cay yaćhachicuycäćhu?

3 Jehová promete que nos hará fuertes a nosotros también (1 Ped. 5:10). Pero para que eso suceda no podemos quedarnos de brazos cruzados. Pensemos en un automóvil. Para que avance necesita un motor potente. Pero el motor no impulsará el automóvil si el conductor no pisa el acelerador. Al igual que ese motor, Jehová puede darnos las fuerzas que necesitamos. Pero tenemos que poner de nuestra parte. ¿Qué ayudas nos ha dado Jehová para que seamos fuertes? ¿Y qué tenemos que hacer para sacarles provecho? Para saberlo, veamos cómo fortaleció Jehová al profeta Jonás, a María la madre de Jesús y al apóstol Pablo. También veremos que Jehová hace lo mismo por sus siervos hoy en día.

CALLPACTAM UMANCHIC DIOSTA MAÑACUPTINCHIC ÑATAC BIBLIATA ESTUDIAPTINCHIC

4. ¿Imactam lulachwan ćhasquinanchicpä Jehovapa callpanta?

4 Una de las cosas que podemos hacer para recibir las fuerzas de Jehová es orar. Él responde nuestras oraciones dándonos “el poder que va más allá de lo normal” (2 Cor. 4:7). También es bueno leer su Palabra y reflexionar en ella (Sal. 86:11). Lo que él nos dice en la Biblia “actúa con poder” (Heb. 4:12). Así que, si le ora a Jehová y lee su Palabra, recibirá las fuerzas que necesita para aguantar, seguir sirviéndole con alegría o cumplir con una responsabilidad desafiante. Veamos cómo fortaleció Jehová al profeta Jonás.

5. ¿Imapïmi Jonás callpacta necitala?

5 Jonás necesitaba fuerzas. Jehová le había encargado una misión. Pero, como le daba miedo cumplirla, decidió huir y tomó un barco en la dirección contraria. Como resultado, él y todos los que iban en el barco estuvieron a punto de morir en una gran tormenta. Cuando los marineros lo tiraron por la borda, acabó en un lugar oscuro y tenebroso: el vientre de un gran pez. ¿Cómo se sentiría Jonás? ¿Pensaría que iba a morir allí? ¿Habrá pensado que Jehová le había dado la espalda? En cualquier caso, debió sentirse terriblemente angustiado.

Al igual que al profeta Jonás, ¿qué nos puede dar fuerzas para aguantar una prueba? (Vea los párrafos 6 a 9).

6. ¿Imactam lulala Jonás ćhasquinanpä callpacta jatun challwap patanćhu cayal? (Jonás 2:1, 2, 7).

6 ¿Qué hizo Jonás para recibir fuerzas dentro del vientre del pez? Desde aquel lugar tan solitario, le oró a Jehová (lea Jonás 2:1, 2, 7). Aunque lo había desobedecido, Jonás sabía que Jehová escucharía su humilde oración, pues estaba arrepentido. Además, reflexionó en las Escrituras. ¿Cómo lo sabemos? Porque en su oración, que está en el capítulo 2 de Jonás, usó muchas de las palabras y expresiones de los Salmos (por ejemplo, compare Jonás 2:2, 5 con Salmo 69:1; 86:7). Se nota que Jonás conocía muy bien esos pasajes. Y, como meditó en ellos al vivir esa experiencia tan dura, tuvo la confianza de que Jehová lo ayudaría. Después, cuando volvió a tierra firme, estaba listo para aceptar su misión y cumplir con ella (Jon. 2:10-3:4).

7, 8. ¿Imam yanapala juc hermano callpayü cananpä sasa tiempućhu?

7 El ejemplo de Jonás nos puede ayudar cuando pasamos por situaciones difíciles. Pensemos en un hermano de Taiwán llamado Zhiming. b Él está muy enfermo y además, por servir a Jehová, sufre la feroz oposición de su familia. ¿Cómo consigue las fuerzas que da Jehová? Orando y estudiando. Él admite: “A veces cuando surgen problemas me siento tan angustiado que no logro calmarme para hacer mi estudio personal”. Pero él no tira la toalla. Cuenta: “Lo primero que hago es orarle a Jehová. Luego me pongo los auriculares y escucho algunas canciones del Reino. A veces las canto en voz baja hasta que consigo tranquilizarme. Y entonces empiezo a estudiar”.

8 Lo que Zhiming ha aprendido en su estudio personal le ha dado fuerzas en el momento preciso. En una ocasión, cuando se estaba recuperando de una operación delicada, una enfermera le dijo que tenía tan pocos glóbulos rojos que necesitaría una transfusión de sangre. Pero la noche antes de que lo operaran él había leído sobre una hermana que había pasado por la misma operación. El nivel de glóbulos rojos de la hermana era más bajo que el suyo, pero ella no aceptó sangre y se recuperó bien. Leer esa experiencia le dio fuerzas a Zhiming para ser fiel.

9. Ima sasachacuycunactapis pasal ñatac callpayqui mana captin, ¿imactam lulanquiman? (Licaycuytac dibujucunata).

9 Al pasar por una prueba, ¿se siente a veces tan angustiado que se le hace muy difícil orar? ¿O le parece que no tiene fuerzas para estudiar? Recuerde que Jehová entiende perfectamente por lo que usted está pasando. Por eso, incluso cuando le hace una oración sencilla, puede estar convencido de que él le dará justo lo que necesita (Efes. 3:20). Si debido al dolor físico o emocional se le hace cuesta arriba leer y estudiar, una buena idea podría ser escuchar las grabaciones de la Biblia o de nuestras publicaciones. Otra cosa que podría ayudarlo es poner alguna de nuestras canciones o un video de jw.org. Cuando le ora a Jehová y busca la respuesta a sus oraciones en los regalos espirituales que él da, es como si le dijera “Por favor, dame fuerzas”.

CALLPACTAM UMANCHIC HERMANUNCHICCUNA

10. ¿Imanuypam hermanunchiccuna callpacta umanchic?

10 Jehová puede usar a los hermanos para darnos fuerzas. Ellos pueden ser “una fuente de gran consuelo” cuando estamos pasando por momentos difíciles o luchando para cumplir con una responsabilidad (Col. 4:10, 11). “En tiempos de angustia” es cuando más necesitamos a nuestros amigos (Prov. 17:17). Si nos sentimos débiles, los hermanos nos pueden dar ayuda física, emocional y espiritual. Veamos cómo recibió ayuda y fuerzas María, la madre de Jesús.

11. ¿Imapïmi María necitala callpacta?

11 María necesitaba fuerzas para cumplir la voluntad de Jehová. Seguro que se sintió muy abrumada cuando el ángel Gabriel le comunicó la gran responsabilidad que tendría. Iba a quedar embarazada sin haberse casado. No tenía experiencia como madre, pero iba a criar al que sería el Mesías. Jamás había tenido relaciones sexuales, y ahora tendría que explicarle a su prometido, José, que estaba embarazada (Luc. 1:26-33).

12. Lucas 1:39-45 nishannü, ¿imanuypam María ćhasquila callpacta?

12 ¿Cómo recibió María las fuerzas para cumplir con una responsabilidad tan grande y singular? Apoyándose en otros. Por ejemplo, le dijo a Gabriel que le diera más información sobre la tarea que Jehová le había encargado (Luc. 1:34). Poco después, hizo un largo viaje por “la región montañosa” de Judá para visitar a su pariente, Elisabet. ¡Y la visita valió la pena! Elisabet felicitó a María y, mediante el espíritu de Dios, pronunció una profecía animadora sobre el bebé que iba a tener María (lea Lucas 1:39-45). En respuesta, María dijo que Jehová había “hecho cosas poderosas con su brazo” (Luc. 1:46-51). Jehová usó a Gabriel y a Elisabet para fortalecer a María.

13. ¿Imam pasala Dasurí śhutiyüta hermanucunata yanapaytam mañaptin?

13 Al igual que en el caso de María, otros siervos fieles de Dios también pueden fortalecerlo a usted. Veamos el ejemplo de una hermana de Bolivia llamada Dasurí. A su padre le diagnosticaron una enfermedad terminal y lo hospitalizaron. Ella quería ser una buena hija y atenderlo bien (1 Tim. 5:4). Necesitaba el apoyo de los demás para cumplir con esta responsabilidad, que no siempre era fácil. Ella admite: “Muchas veces sentía que ya no podía más”. Pero al principio no pidió ayuda. ¿Por qué? Dasurí explica: “No quería ser una carga para los hermanos. Me decía a mí misma: ‘Es Jehová el que me va a ayudar’. Pero entonces me di cuenta de que aislándome de los demás en realidad estaba luchando yo sola contra mis problemas” (Prov. 18:1). Dasurí decidió escribirles a algunos amigos para explicarles su situación. Ella sigue diciendo: “No tengo palabras para expresar lo mucho que me apoyaron y fortalecieron mis queridos hermanos. Traían comida al hospital y me animaban con textos de la Biblia. ¡Qué lindo es sentir que no estamos solos! Pertenecemos a la gran familia de Jehová, una familia que está dispuesta a ayudarte en lo que necesites, a llorar contigo y a luchar a tu lado”.

14. ¿Imapïmi aw niśhun punta-lï-yaśhacunap yanapayninta?

14 Jehová también utiliza a los ancianos para darnos fuerzas. Son como regalos que él nos da para fortalecernos y consolarnos (Is. 32:1, 2). Así que hable con ellos cuando algo le preocupe. Y, si le brindan su ayuda, acéptela con gusto. Jehová se vale de ellos para hacerlo fuerte.

CALLPACTAM UMANCHIC ESPERANZANCHIC

15. ¿Ima esperanzactam llapan cristianucunaca uywanchic?

15 La esperanza que nos da la Biblia nos llena de fuerzas (Rom. 4:3, 18-20). Todos los cristianos tenemos la maravillosa esperanza de vivir para siempre, ya sea en el cielo o en un paraíso acá en la Tierra. Gracias a esa esperanza, tenemos las fuerzas para aguantar las pruebas, predicar las buenas noticias y cumplir con nuestras responsabilidades en la congregación (1 Tes. 1:3). Veamos cómo esa misma esperanza fortaleció al apóstol Pablo.

16. ¿Imapïmi apóstol Pablo callpacta necitala?

16 Pablo necesitaba fuerzas. En su carta a los corintios dijo que era tan frágil como una vasija de barro. Contó que lo habían oprimido, perseguido y derribado, y que había estado indeciso. Incluso hubo veces en las que estuvo a punto de perder la vida (2 Cor. 4:8-10). Él escribió todo esto en su tercer viaje misional. Probablemente en ese momento no sabía que le esperaban más dificultades. Más adelante, durante ese mismo viaje, una multitud violenta lo atacó, lo arrestaron, por poco murió en un naufragio y acabó en prisión.

17. 2 Corintios 4:16-18 nishannü, ¿imam yanapala apóstol Pablucta callpacta uywananpä?

17 ¿Qué le dio a Pablo fuerzas para aguantar? Concentrarse en su esperanza (lea 2 Corintios 4:16-18). Les dijo a los hermanos de Corinto que, aunque su cuerpo estaba “desgastándose”, su ánimo estaba intacto. Se concentró en la vida que tendría en el futuro. Para él, la esperanza celestial era muy especial, “de una grandeza cada vez más extraordinaria”. Y estaba dispuesto a soportar lo que fuera con tal de ganar la recompensa. Pablo meditaba en esa esperanza, y como resultado sentía que iba “renovándose cada día”.

18. ¿Imanuypam yanapala esperanzaca Tíjomir śhutiyüta ñatac familianta?

18 La esperanza es lo que le da fuerzas a un hermano de Bulgaria llamado Tíjomir. Hace unos años, su hermano menor, Zdravko, murió en un accidente de tránsito. Tíjomir quedó devastado. ¿Qué les ha ayudado a él y a su familia a sobrellevar este dolor? Pensar en cómo será la resurrección. Él explica: “Por ejemplo, nos ponemos a hablar sobre dónde recibiremos a Zdravko, qué comida le prepararemos, a quiénes invitaremos a su fiesta de bienvenida y qué detalles de los últimos días le contaremos”. Tíjomir dice que centrarse en la esperanza le da fuerzas a su familia para seguir aguantando y esperando el momento en el que Jehová resucite a su hermano.

¿Cómo se imagina que será su vida en el nuevo mundo? (Vea el párrafo 19). c

19. ¿Imactam lulanquiman esperanzayqui masïsu cananpä? (Licaycuytac dibujuta).

19 ¿Qué puede hacer para fortalecer su esperanza? Si tiene la esperanza de vivir para siempre en la Tierra, lea lo que dice la Biblia sobre el Paraíso e imagínese allí (Is. 25:8; 32:16-18). Piense en cómo será la vida en el nuevo mundo. ¿Se ve usted ahí? ¿Y a quién ve? ¿Qué oye? ¿Qué siente? Las imágenes del Paraíso que aparecen en nuestras publicaciones lo ayudarán a dejar volar su imaginación. También puede ver videos musicales, como por ejemplo La vida de verdad, Muy cerca o Contemplo ese día. Si tenemos la costumbre de pensar en cómo será la vida en el nuevo mundo, las dificultades nos parecerán “momentáneas y livianas” (2 Cor. 4:17). La esperanza que Jehová le da lo hará fuerte.

20. ¿Maypïmi juluśhun callpacta pishi callpayü cayal?

20 “Por medio de Dios tendremos fuerza” hasta en los momentos en que nos sintamos débiles (Sal. 108:13). Jehová ya nos ha dado todo lo que necesitamos para ser fuertes. Por eso, cuando se le haga difícil cumplir con una responsabilidad, aguantar una prueba o seguir sirviendo con alegría a Jehová, órele de corazón y estudie la Biblia para que él lo guíe. Además, acepte la ayuda de los hermanos y mantenga muy viva su esperanza. Entonces Jehová “por medio de su glorioso poder” lo fortalecerá “con todo el poder necesario para aguantar todo con paciencia y felicidad” (Col. 1:11).

TAQUI 33 Echa sobre Dios tu carga

a Este artículo ayudará a quienes se sienten abrumados por alguna prueba o piensan que cierta responsabilidad en la organización les queda grande. Aprenderemos cómo nos fortalece Jehová y qué podemos hacer para recibir su ayuda.

b Se han cambiado algunos nombres.

c DESCRIPCIÓN DE LAS IMÁGENES: Una hermana sorda medita en lo que promete la Biblia para el futuro y ve un video musical. Así deja volar su imaginación y piensa en cómo será su vida en el nuevo mundo.